MIEDO A LA MUERTE

                   EL MIEDO A LA MUERTE

La muerte es un hecho evidente desde el mismo momento en que nacemos,una realidad a la que nos tenemos que enfrentar sin ningún miedo.

Quién no reconoce a la muerte vive una existencia temerosa por el hecho de no reconocer la existencia como un paso hacia otro sendero,vivir desinhibido de miedos es crucial para realizarse como espítirus conscientes de la eternidad.

Pensar que la muerte es el final es un grave error que deriva en problemas con el propio yo porque conduce a la soledad improductiva, a esa clase de soledad que margina al individuo en la ambigüedad y desgana,descorazonadora existencia para el que piensa de esa manera.

Tenemos que convivir con la muerte como una amiga que en todo momento nos acompaña y que en cualquier momento nos abrazará y nos liberará, a veces de pesadas cargas.

La muerte es libre por esa razón el suicidio y el asesinato es un grave error a evitar porque forzar una situación que no es natural es caminar hacia el abismo desconocido, el fallecimiento es la puerta a una nueva extensión según caminemos hacia ella así será el nuevo horizonte.

Debemos de vivir en el presente sin ningún temor al futuro porque solo existe el instante,ese segundo en el que somos conscientes de nuestros actos y del cual nos pasarán la factura para deber o para recoger eso depende del modo en que planteamos el instante,el pasado queda después de ese momento y conlleva la felicidad u la tristeza del siguiente instante.

Hay que sacar provecho del momento y de ello depende nuestra felicidad, miremos a la muerte como una compañera que se alinea con nuestro presente y nos ayuda a reflexionar sobre nuestra existencia.

Pensemos que todo tiene un porqué y que a veces nos complicamos la vida en historias y desencuentros que no merecen la pena de ser porque todo mas sencillo incluso la muerte es sencilla en sí, todo es por un motivo ..

La muerte no es una incógnita porque la respuesta a todo está en nosotros y para mi esa respuesta es el AMOR INCONDICIONAL.

En sus manos está el ser feliz.